Mi primer fin de semana

Como ya decía en el capítulo anterior, el viernes tuve la visita de un fatín y la liamos por la noche. Y bien liada, por cierto. Después de tomar unes cañes con otro fatín en Madrid (el sr. Soberón) y con el gran Chema, fuimos a cenar a un argentino y fueron unas risas. Entre los "chupitos" de zanahoria y los momentos romanticones que vivíamos alrededor... era imposible cenar ya que no parábamos de llorar de risa.

Después fuimos al bingo, y ahí casi nos echan ya que el fatín no paraba de decir tonterías cada vez que cantaban un número. Vuelta a los lagrimones, y, poco más pobres que como entramos, nos dirigimos tranquilamente a la salida, previo saludo a "Falín el taxista", que estaba jugando unos cartones.

Luego, por la noche noche, se confirmaron mis sospechas. NO ME GUSTA LA NOCHE MADRILEÑA. Demasiada gente, no puedes entrar en los bares y los cacharros... bua los cacharros. QUE PRECIOS. Si te cobran en Luanco 9 € por un cacharro (copita aquí en la capi) probablemente haya un homicidio. Y el tema es que a la gente le parece normal pagar eso. Luego unas colas pa entrar en los garitos... bua, que fauna. Pero una cosa está clara, si tienes tetes entras, si no... te jodes y quedas en la puerta.

Y lo de ligar en Madrid.... la probabilidad de pillar cacho ye inversamente proporcional a la rapidez en pillar un taxi, y es que lo de cogerlo fue visto y no visto. ¿Pillamos un taxi?, Si, Ese. Y pa casa.

Pero analicemos una vez más lo de les muyeres.

Antes de venir, todo el mundo me decía... ya verás Eneko, allí ligas fijo, que hay muches muyeres. Y sí, todos los que me decíais eso teneis más razón que un santo en cuanto al número de sujetos de sexo femeno. Pero curiosamente el aumento de muyeres (y qué muyeres) coincide con el aumento de metrosexuales, por lo que podemos confirmar el siguiente teorema:

Aumento de muyeres en Madrid <= Aumento de metrosexuales en Madrid --> Probabilidad de ligar en Madrid == Probabilidad de ligar en Luanco.

Así que taxi y pa casa.

Como no hay muchas pelas, ayer y hoy días de cabaña, así que la visita al rastro tendrá que esperar y una cosa me ha quedado clara. Voy salir menos por la noche que una monja de clausura.

Otro día más

Ta llueu.