martes, 12 de abril de 2011

6 meses en el exilio

Medio año… 6 meses en esta jungla. Parece que fue ayer cuando aterricé en estas tierras cual Paco Martínez Soria. Cuando TODO me agobiaba… el ruido, la gente, la vida en una capital, el tráfico, la polución, las prisas, … En este tiempo he aprendido a convivir con muchas cosas. Por ejemplo, a desenvolverme en el metro con soltura, a que hay buses nocturnos que te llevan a casa, al frío seco (creo que el calor va a ser diferente), a no coger TODOS los papeles que te dan en la calle, a que las sirenas cada 10 minutos es lo más normal del mundo (aunque sea para que el poli vaya a tomar un café), a que un cachi, sorprendentemente, se llame mini (un día os comentaré el sistema métrico madrileño), … Y un montón de cosas más para la supervivencia en una urbe como esta.

Otra de las cosas que he podido observar que madrileños en Madrid… pocos… muy pocos. A la invasión china, ecuatoriana, venezolana, paraguaya, peruana, senegalesa, marroquí, rumana… se le une la invasión de los que venimos “de provincias”. Sí sí, “de provincias”. Y es que los madrileños (los pocos que hay) a los que venimos de otras partes del estado español nos dicen “los que venís de provincias…”. A mi me suena fatal.

A pesar de todo hay cosas que uno no se termina de acostumbrar. Las prisas. Ese agobio por ir haciendo rally por la calle. El otro día, sin ir más lejos, un señora casi me tira del autobús abajo cuando me disponía a bajar. Y no solo eso, sino que no puedes decirles nada. Que con un suave “cuidado” que balbuceé yo…. “ES QUE SI DEJARAS PASAR…”. Me apetecía acordarme públicamente de su santa madre, pero probablemente la pobre no tenga la culpa de que su hija sea una impresentable, así que cerré la boca y me fui caminando TRANQUILAMENTE y sin molestar hacia mi trabajo.

Pero sobretodo hay un tema que no creo que me acostumbre en la vida y es a vivir lejos del pueblín. A no poder tomar mis culines, no echar mis partidas, no respirar el salitre de la mar, no estar con mi gente, no poder bañarme en la playa… Y es que, aunque lo vea cada vez que enciendo el ordenador del curro y de casa, quiero estar en el muelle, en la playa, en el gayo, tomarme mis culines de sidra o mis cacharros en el seli, dana, paycao y demás chigres. Pero bueno, en una semana me tenéis por ahí dando la murga, y si algún propietario de algún local mencionado está leyendo esto… PREPARA-YME UNA BOTELLA DE BOMBAY-SAPPHIRE QUE VOY.

Salú!

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